Has llegado hoy, igual que ayer, como agua fresca,
a la ventana una vez más tú me has tocado.
Rocío fresco de mañanas pasajeras,
ven y espera.
Eres rocío que me cuida cuando duermo,
sin sospechar una vez más tú me has besado.
Rocío fresco de mañanas pasajeras,
ven y espera.
Al sol le pides no despierte muy temprano,
pues solo así podrás volver a acariciarme,
y en suave abrazo del más puro amor sincero,
sentir mi cuerpo aún desnudo que, por ti, espera.
Si no atendiera a tus toques en la ventana,
mi corazón completamente te lo entrego,
para que vuelvas otro día enamorada,
a regalarme con tus besos un te quiero.
Rocío fresco de mañanas pasajeras,
ven y espera.
Siempre tú.
Autor: Salvador Pérez (Abril, 2011)
Dedicada a las gotas de rocío que se forman en mi ventana como ángeles vigilantes de mis sueños y a los amores de la vida
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